El puerto de Carril es uno de los lugares más distintivos de este pueblo costero. Es un embarcadero pequeño y encantador perfilado con una balaustrada prefabricada y un paseo empedrado, en donde los carrilexos atracan sus gamelas después de cada marea. Consta de tres pantalanes, un rompeolas, tres faros, el antiguo muelle y una dársena.
Muy próximo a él se ubica la lonja, donde cada tarde la almeja de Carril se subasta entre multitud de compradores. Además, en sus alrededores se encuentran bares y restaurantes expertos en la preparación de los mariscos de la zona, donde se puede disfrutar de una gastronomía y una panorámica inigualable.
Carril es un lugar tranquilo y acogedor, en el que el puerto y su apreciada isla lo colman de una belleza propia de las Rías Baixas gallegas. El paisaje nunca es el mismo ya que, como buen pueblo marinero, las vistas dependen del mar: calmo, picado, alto, bajo… Pero como factor común, los vecinos de Carril destacan el privilegio que sienten al ser el puerto y Cortegada lo primero que ven cada día, porque de una forma o de otra, la costa carrilexa tiene un atractivo especial. Esto es algo que los huéspedes de Casaldomar también pueden sentir durante su estancia en nuestro hotel.