El atractivo de Carril no solo viene dado por su medio natural y sus especialidades gastronómicas, sino que también su patrimonio cultural y eclesiástico se suma a la belleza del pueblo carrilexo.
La iglesia parroquial de Santiago de Carril es una de las edificaciones más llamativas de esta villa. Construida en el siglo XVI por el arquitecto portugués Mateo López, a pesar de su origen gótico, tiene trazas renacentistas y elementos barrocos propios del siglo XVII.
En su interior, destaca la mesa de altar que ocupaba antiguamente la cripta de la Catedral de Santiago de Compostela custodiando las reliquias del Apóstol Santiago; hoy en día, conserva bajo su sagrario los restos de San Fidel. El cuerpo embalsamado del santo se encuentra en la iglesia desde 1817. Este descansa con su espada, casco e incluso restos de sangre, en una urna con doble cristal.
En las paredes de su interior se pueden observar diversas obras religiosas, así como las piezas de gran valor halladas en una reforma del templo. Además, conserva una puerta ojival en el muro sur, típico de los principios del arte gótico.
En la fachada principal están representadas cuatro imágenes en piedra: San Clemente en la parte superior, un Alma del Purgatorio en la parte inferior izquierda, San Francisco en la parte superior derecha y San Roque en la parte inferior derecha. Así como un gran rosetón en la zona superior de dicha fachada sobre el que se observa en relieve el Santiago Apóstol a caballo.
En las escalinatas del atrio de la Iglesia parroquial de Santiago de Carril está ubicado el «cruceiro» del siglo XVII, que tras su restauración fue trasladado del antiguo cementerio a este rellano. Un crucero con escalones, plinto y fuste finamente esculpidos; el cual fue incluido en el Catálogo Municipal de Bienes a Conversar y descrito por Castelao en su famosa obra «As cruces de pedra na Galiza». En un acto de vandalismo en 2010, este crucero fue atacado en su parte alta. Su cruz fue derribada y partida en varios trozos. La restauración de la misma sigue sin efectuarse y por ello, la Iglesia de Carril sigue luciendo su crucero dañado.
Así, de forma resumida, el hotel Casaldomar quiere acercar a sus visitantes el patrimonio de Carril e invitarlos a que conozcan en persona la historia de este pueblo.