Formado por 35 bloques de vidrio y anclado en una estructura de hierro, el tragaluz de la habitación del Ático de Casaldomar fue creado para inundar de claridad las escaleras de nuestro hotel. La luz baja por ellas iluminando hasta el último piso, sin que ello interfiera en la intimidad de nuestros huéspedes.
Asimismo, el juego de luces que la superficie de cristal de pavés origina en nuestro Ático es un elemento decorativo. Por el día la luz natural baña el suelo de esta habitación abuhardillada con una claridad tenue y especial. Llegada la noche, la superficie de bloque de vidrio deja paso a una luminosidad áurea que crea un ambiente cálido y agradable. La luz mágica de esta habitación y su increíble terraza con vistas a la isla de Cortegada hacen del Ático de Casaldomar un lugar único.
Una estancia increible, con las mejores vistas de Cortegada.
Sin duda la estrella de la casa.
¡Nos alegramos de que hayáis disfrutado de la estancia, Aitor!