Cada mañana, nuestros huéspedes se despiertan con el aroma del café recién hecho. Un olor que desvela ya en las escaleras, el desayuno que preparamos con mimo y cariño para nuestros invitados.
Al llegar al comedor, el colorido zumo natural y las flores recién cortadas de nuestro jardín destacan sobre el mantel de hilo, y las bandejas de fruta fresca y ricos bizcochos caseros compiten con las crujientes tostadas recién hechas.
Desde el comedor en el que se sirve este exquisito desayuno continental también se puede disfrutar de las preciadas vistas panorámicas de la ría de Arousa y de la Isla de Cortegada. Además, la terraza permite que nuestros huéspedes desayunen bajo la brisa marina y el sol mañanero, convirtiendo, así, el almuerzo en una experiencia sensorial completa, relajante y, sin duda, diferente.
Es así como con cada desayuno nuestros clientes descubren que el encanto de Casaldomar no se debe solo a la belleza de nuestra casa, sino también a los productos frescos, caseros y de calidad, que, junto con el trato amable y cercano de nuestro personal, constituyen el atractivo de nuestro pequeño gran hotel.